Isaías 28

 Capítulo 28: Efraín, Jerusalén y no todo es castigo

 

1. La magnífica corona de Efraín es la capital, Samaria, que se asienta sobre la montaña que corona un valle fértil. El profeta compara a Samaria con un borracho con una corona marchita en la cabeza. El hombre fuerte y valiente es Asiria que vendría contra Efraín como una fuerte tormenta destruyendo todo (v.1-3).

 

2. Samaria o el reino del norte está listo para ser castigado como un higo está listo para ser comido cuando está maduro. La restauración del pueblo se verá con la coronación de la persona adecuada, que es el Mesías de Israel. Cuando el Señor reine sobre Israel, los jueces serán justos y los enemigos no asaltarán sus puertas (v.4-6).

 

3. Jerusalén no es mejor que Samaria, porque sus líderes son borrachos y pierden el juicio de las causas a ser juzgados. La imagen es repugnante. Son mesas encharcadas de vómito (v.7-8).

 

“Los verdaderos profetas tenían frecuentes conflictos con falsos sacerdotes y profetas (cf. Jer 26: 8-19; Os 4:4-8; Am 7:10-17; Miq 3:5-11)”.[1]

 

4. Aquellos que apoyan al rey Acaz quieren formar una alianza con Asiria. Estos se burlan del profeta y de Dios. Piensan que las palabras de los profetas son solo preceptos y sirven solo para bebés (v. 9-10).

 

5. Debido a la rebeldía de Efraín, Dios los arrojará al cautiverio de Asiria y allí escucharán un idioma extraño, ya que no escuchan en “buen hebreo”. En Asiria, escucharán arameo. Más tarde, el idioma de los judíos se convertiría en arameo. Como no aceptaron los preceptos de Dios, ni su reposo, ni escucharon en el idioma del pueblo, entonces experimentarán el castigo y las dificultades de una tierra extraña. Esto también sucedería con Judá cautivo en Babilonia (v. 9-13).

 

6. En la época del rey Ezequiel, muchos querían hacer un pacto con Egipto contra Asiria, pero estarían en pacto con la muerte y la mentira (v.14-15).

 

7. El Mesías de Israel, Jesucristo, es la Piedra sobre la que descansa la obra redentora de Dios. La salvación está en esa Roca. Los que huyen para buscar otras alianzas serán avergonzados, pero los que se asientan en esta roca serán protegidos y exaltados. La roca no es mentirosa. Las tormentas arrastran la mentira, pero no arrastran la roca (v.16-17).

 

8. Dios enviará un diluvio de sufrimiento sobre Asiria y Egipto y, más tarde, sobre Babilonia. Israel y Judá debían refugiarse en la roca para escapar de las devastadoras aguas de Dios (v. 18-19).

 

9. Egipto y Asiria son alianzas insuficientes. Como una cama corta y una manta estrecha, nadie se siente cómodo, las alianzas son incómodas e insuficientes (v.20).

 

10. David derrotó a los filisteos en Perazim (2 Samuel 5:20). En Gabaón, Josué venció a los enemigos amorreos (Josué 10: 10-12). Fueron obras extrañas, en el sentido de que no se hacían comunes. Nunca se ha escuchado, pero Dios está listo para actuar para Su gloria. Quien no crea en la acción de Dios y se burle de las palabras del profeta, sentirá que las cadenas se aprietan cada vez más (v.21-22).

 

11. Efraín y Jerusalén serán castigados, pero no todo es castigo. En caso de que escuchasen las palabras del profeta, podrían escapar de la disciplina. Pablo también dijo que, si tuviéramos que juzgarnos a nosotros mismos, no necesitaríamos ser juzgados. El agricultor no siempre está dañando la tierra y haciendo surcos. Llega un momento en el que trabajo de sembrar. De la misma manera, el Señor no solo disciplina, sino que también siembra la semilla para la germinación y el crecimiento. La semilla es la Palabra. Necesitamos escucharlo para no ser disciplinados por la desobediencia (v.21-26).

 

12. El profeta procede a las ilustraciones de los instrumentos de trillar y moler. Se utiliza el instrumento adecuado para cada situación. El agricultor daña la tierra, no por placer, sino por un propósito específico. El Señor no está trillando a Israel por placer, sino con el propósito de llevarlo al arrepentimiento. Él usa la fuerza cuando es necesario, pero también está dispuesto a ser suave cuando hay contrición por los pecados (v.27-29).

 

Efraín, Jerusalén y no todo es castigo (Is 28)

1. Castigo contra Efraín (v.1-6)

2. Castigo contra Jerusalén (v.7-22)

3. No todo es castigo (v.23-29)

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[1] Notas da Biblia Reina-Valera (Biblia Hispanica) Is 28.7 (1995) (extraído de e-sword version 11.0.6 – 2016)