martes, 23 de marzo de 2021

Jeremías 26

 Capítulo 26: Jeremías y Urías

 

Dos profetas del Señor, pero con destinos diferentes. Jeremías predicó un mensaje de condenación. Los oyentes, los poderosos en la nación, no tomaron bien las palabras proféticas. Arrestaron al profeta, pero finalmente lo liberaron, ya que no había forma de refutar el mensaje. Dieron un ejemplo de profetas que advirtieron y demostraron ser del Señor. Todavía había algo de temor a la mano dura de Dios. El otro profeta, Urías, no tuvo la misma suerte o destino que Jeremías, ya que fue arrestado y no tuvo la misma protección, por eso, fue muerto. Nunca podemos juzgar que Jeremías fue más fiel y por lo tanto no fue ejecutado. Dios no está colocando mártires en el mundo para apostar sobre quién vivirá y quién morirá. Los planes eternos del Señor no siempre se nos revelan. Debemos aceptar su perfecta voluntad. En la eternidad con Él, ciertamente descubriremos muchas razones por las que actuó como lo hizo. Hoy nos basta con saber que Él sabe qué es lo mejor (v.1-24).

 

“El verdadero profeta tiene un mensaje difícil de transmitir (v.4-7). Si hacían una alianza con Egipto, el Templo sería destruido, ya que los asirios habían destruido a Silo en la deportación de Israel después de la caída de Samaria en el 710 a. C. "[1]



[1] The Biblical Illustrator – Jr 26.8-16 - By Joseph S. Exell, M.A. - Published in 1900; public domain (extraído de e-sword version 11.0.6 - 2016)

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario