¡Sos fantástico!

 ¡Sos Fantástico!

Pienso en tantos dotes - físicos, intelectuales, sentimentales; tantos talentos, logros y valentía para seguir adelante.

Un poeta y canto autor lo expresó así: <<Tu Señor, diste forma a mis entrañas; ¡tú me formaste en el vientre de mi madre! Te alabo porque tus obras son formidables, porque todo lo que haces es maravilloso. ¡De esto estoy plenamente convencido! Aunque en lo íntimo me diste forma, y en lo más secreto me fui desarrollando, nada de mi cuerpo te fue desconocido. Con tus propios ojos viste mi embrión; todos los días de mi vida ya estaban en tu libro; antes de que me formaras, los anotaste, y no faltó uno solo de ellos>>. Salmo 139:13-16.

Pero, así como el poeta mira y examina detenidamente todo en su derredor y exclama y alaba al Dios eterno, hay otros que se niegan a reconocer siquiera la existencia del Creador, y algunos activamente procuran destruir la fe de los que creen.

Me maravilla que podemos ser tan capaces de grandes logros, hazañas y expresiones nobles y a la vez ser igualmente capaces del extremo opuesto, de una bajeza, brutalidad y desprecio incluso de la vida humana.

Uno puede preguntarse de dónde proviene esta veta siniestra en el ser humano. La Biblia identifica la fuente del mal en nosotros. Romanos 1:21 “Conociendo a Dios, no le glorificaron como a Dios, NI LE DIERON GRACIAS, sino que se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón se llenó de oscuridad.”

 Fíjate que cuando disfrutamos algo bueno, lo consideramos algo que nosotros logramos, pero cuando algo sale mal, echamos la culpa a otro, cuando no a Dios.  Amigo, es hora de detenernos en nuestra “carrera loca”, a humillarnos ante Dios, a buscar su perdón y su dirección para la vida que ÉL diseñó para nosotros.

Por Ken Russell