domingo, 16 de mayo de 2021

Joel 1

 Joel 1: Privado de las cosas buenas de la vida

 

1. Joel profetiza sobre Judá, prediciendo una catástrofe en la agricultura invadida por langostas. Es un día sin precedentes, el cual quedará marcado por generaciones. A veces, pasamos por momentos que quedan tan nítidos en nuestra mente. Esos días, malos y difíciles, necesitan permanecer también en la memoria espiritual, porque nos recuerdan que debemos confiar en el Señor. El pueblo se quedó sin nada para sobrevivir con holgura. Se extinguió el gozo de los hombres, dejándolos desesperados. Babilonia, simbolizada por un león, se pondrá furiosa contra Judá, dejándola sin posibilidad de reacción. Los árboles que alimentaban al pueblo fueron despojados de sus frutos. Serán días tristes como una novia que nunca se casó porque perdió a su prometido. El lugar de culto también fue profanado. El pueblo perdió su sustento básico (v.1-10).

 

“Los ancianos no recordaban una plaga de langostas tan severa como la que describe Joel. Viene en cuatro etapas correspondientes a las cuatro etapas de crecimiento de la langosta: la langosta cortadora, la langosta migratoria, la langosta devoradora y la langosta destructora. Quizás representen los cuatro imperios mundiales que gobernaron sobre el pueblo de Dios: Babilonia, Persia Media, Grecia y Roma ".[1]

 

2. Cuando se destruye una cosecha, no sólo se pierde el sustento, sino también la vida y el gozo. Si nosotros, los creyentes, viviéramos sin comunión con el Señor, sentiríamos mucha tristeza y no tendríamos placer en la vida. Por eso es muy bueno reflexionar sobre si cuando dejamos de leer la Biblia y oramos, nos perdemos algo. La gente ya no podía ofrecer al Señor. También debemos reflexionar si dejamos de ofrecer por la obra del Señor, sentiríamos algo de tristeza. El sufrimiento sobre Judá no respetó ninguna clase social. Estamos muy apegados al estilo de vida que lleva cada persona o a los círculos sociales, en los que podemos o no participar. Sin embargo, el sufrimiento recae sobre todos y cada uno contará solo con lo que crea, sea un consuelo o no. En el caso de Judá, los desastres llegaron rápidamente y sin tiempo para prepararse. Tuvieron tiempo para arrepentirse ante el Señor, pero pensaron que el juicio del Señor nunca vendría. Se quedaron sin comida, sin ganado, sin pastos, sin árboles y sin agua (v.11-20).

 

3. Este capítulo nos lleva a preguntarnos qué nos perdimos o qué perderíamos que perderíamos. Sin embargo, en la pérdida, podríamos obtener una mejor comprensión de nuestra relación con Dios. Algunas pérdidas: puesto, ser querido, amistad, privilegio, dinero y bienes, salud, empleo o negocio, romance, adicción y dependencia, hábitos, etc.

 

Pérdidas (Joel 1)

v.1-2 - Sin precedentes

v.3 - Sin historia que contar

v.4 - Sin nada restante

v.5 – Sin satisfacción de placeres y vicios

v.6 - Sin chances frente al león

v.7 - Sin comida

v.8 - Sin prometido

v.9 - Sin lugar de culto

v.10 - Sin sustento

v.11 - Sin cosecha

v.12 - Sin vida y sin alegría

v.13 - Sin ofertas

v.14 - Sin división de categorías

v.15 - Sin tiempo para prepararse

v.16 - Sin comida

v.17 – Sin reservas

v.18 - Sin pastos

v.19 - Sin árboles

v.20 - Sin agua 

 

¿Qué has perdido, o si lo perdieras, lo extrañarías mucho? Posición, ser querido, amistad, privilegio, dinero y bienes, salud, empleo o negocio, romance, adicción y dependencia, hábitos.

 

¿Qué ganaste al perder o podrías ganar?Posición (menos estrés, más paz), ser querido (aprecio por otros familiares), amistad (independencia, nuevas amistades, menos falsas expectativas), privilegio (humildad), dinero y bienes (confianza en el Señor para el sustento), salud (equilibrio en comida y actividades físicas, compasión por el sufrimiento, gracia de Dios), empleo o negocio (gratitud por lo que Dios me da, desarrollo de nuevas habilidades), romance (matrimonio equivocado), adicción y dependencia (libertad, presupuesto más holgado), hábitos (nueva forma de vivir la vida sin esclavitud)

 



[1] Comentário Bíblico Popular - Antigo Testamento, pg. 750 - William Macdonald (Ed. Mundo Cristão – São Paulo – SP – 2ª ed. Junho de 2011)

 

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