Capítulo 12: El arresto de Pedro y la muerte de Jacobo. La liberación de Pedro y la muerte de Herodes.
1. Herodes obtuvo la amistad de los judíos y era amigo de los fariseos. Mientras que Dios liberó a Pedro de la prisión, permitió que Jacobo muriera. Lo sabe todo y lo hace todo muy bien. Jacobo fue el primer apóstol en morir, sin embargo, no fue reemplazado. Recuerde que Judas fue reemplazado por apostasía y no por su muerte. Toda esta persecución comenzó con Saulo de Tarso. No se informa sobre ningún juicio, solo el filo de la espada sobre Jacobo. Bebió la copa del sufrimiento (Marcos 10:38) (v.1-2).
“El hecho de que fue decapitado nos muestra que fue ejecutado por sentencia de un gobernante civil, porque si hubiera sido juzgado por blasfemia o herejía por el Sanedrín, habría muerto apedreado. Por supuesto detrás de la acusación civil, sea cual sea, en realidad había una acusación religiosa, probablemente más en el caso de Jacobo que en el caso de Juan el Bautista, quien murió por orden de Herodes Antipas, tío de Herodes Agripa. Los judíos consideraban la muerte por decapitación como una forma vergonzosa de morir (ver Mat. 14:10). Esta forma de ejecutar a Jacobo sin duda agradó a los judíos incrédulos ".[1]
2. Herodes experimentó su popularidad entre los judíos con la muerte de Jacobo. Como funcionó, decidió arrestar a Pedro. El otro Jacobo, hermano de Jesús, era el líder de la iglesia en Jerusalén. La iglesia oró por Pedro (v. 3-5).
3. Así como en el capítulo 5, aquí también hubo un ángel. La expectativa del pueblo era la ejecución de Pedro (v.11). Los centinelas fueron castigados (v.19). Dios dejó morir a Jacobo y liberó a Pedro, así que debemos orar y esperar Su voluntad. Herodes, avergonzado, salió de Judea y se fue a Cesarea. Pedro estuvo preso durante cinco días. En la ley romana, el castigo del prisionero caía sobre el guardia que lo dejaba escapar (v. 6-19).
4. El camarero de Herodes fue el intermediario para la reconciliación. Tantas persecuciones, sin embargo, la Iglesia seguía creciendo. Saulo y Bernabé regresaron de Jerusalén y se llevaron a Juan Marcos. Este verso es una continuación de 11:30. Juan Marcos acompañó a Bernabé y Saulo. Cumplieron lo que fueron a hacer en Jerusalén: tomar la ofrenda de Antioquía (v. 20-25).
[1] O Novo Testamento Interpretado versículo por versículo vol. 3, pg. 244 – At 12.2 – Russell Norman Champlin (Editora Candeia – São Paulo – SP – 1ª ed. 1995 - 10ª impressão outubro de 1998)
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