Gálatas 5

 Capítulo 5: Las obras de la carne y el fruto del Espíritu Santo

1. Cristo llama al creyente a ser libre. La circuncisión sería un regreso a la esclavitud. Los gálatas no estaban en deuda con ningún judío, ya que eran gentiles. Ni siquiera necesitaban ser circuncidados para ser aceptados por sus amigos, como fue el caso de Timoteo, que era medio judío. La circuncisión, aunque haya venido antes de la Ley de Moisés, era el sello de la obediencia a toda la Ley. La circuncisión no era independiente de la Ley. Al aceptar la circuncisión, estarían aceptando un caminar bajo la Ley con todas sus implicaciones. Si Cristo ya cumplió la Ley, muriendo la muerte que la Ley requería del pecador, ¿por qué volver a la esclavitud? Este retroceso se llama aquí "caer de la gracia". Esto no es una pérdida de la salvación, sino una desviación de la gracia del Señor Jesús para vivir por los méritos propios para agradar a Dios. Lo que cuenta en la relación con Cristo en la vida cristiana no es la circuncisión o la incircuncisión, sino caminar por fe en Su gracia (v.1-6).

 

2. Los gálatas no siempre fueron legalistas. Cuando comenzaron a escuchar las falsas enseñanzas, se apartaron para confiar en sí mismos y en sus propias obras para agradar a Dios. El creyente no tiene inmunidad contra las falsas enseñanzas, por lo tanto, debe permanecer bajo la gracia por la fe, confiando en que Cristo, que habita en nosotros por el Espíritu Santo, es el que obra su voluntad para glorificar a Dios. No es lo que tengo que hacer para agradar a Dios, sino lo que Él hará a través del creyente que pone su fe en Él. Pablo afirma que los falsos maestros no estaban exentos del castigo de Dios. Ellos acusan a Pablo de ser un judaizante, pero si esto fuera cierto, no sería perseguido por ellos. Si fuera un judaizante, no deberían ofenderse por el mensaje de la cruz. Pablo no es tolerante con los judaizantes. Él hace un juego de palabras sobre la práctica de la circuncisión, que es un tipo de mutilación en el versículo 12. El legalismo, que es caminar bajo la ley como una forma de tratar de agradar a Dios, no produce el punto central de la ley, que es el amor. Por el contrario, donde entra el legalismo, aparecerá la envidia y el desamor entre los hermanos. Parece que los gálatas se estaban devorando a sí mismos por el orgullo y la envidia como se lee en el último versículo del capítulo (v.7-15).

 

“Con sarcasmo, Paulo sugiere que sus oponentes no se limiten a circuncidarse, sino que lleguen al extremo de mutilarse. esta es una posible alusión a ciertos ritos paganos practicados en Galacia, (por ejemplo, castrarse a uno mismo) y posiblemente también se refiere a Deuteronomio 23:1, donde aquellos que han sido así mutilados están excluidos del pueblo de Dios ".[1]

 

3. Los siguientes versículos son quizás los más leídos y estudiados de esta carta. Existe un antagonismo entre la carne y el Espíritu. Lo que hacemos con nuestros propios esfuerzos y lo que el Espíritu hace en nosotros y a través de nosotros debido a la sumisión a Su voluntad por fe. El mensaje no se puede invertir: "Andad en [o por] el Espíritu, y no satisfaréis los deseos de la carne". Es el Espíritu obrando en nosotros y no: "No satisfagáis los deseos de la carne y, como resultado, andaréis en el Espíritu". No podemos luchar contra la carne con nuestros propios esfuerzos e incluso si pudiéramos, no sería por fe y gracia, sino esfuerzo propio y salario. A continuación, Pablo enumera las 15 obras de la carne, es decir, todo lo que podemos producir con nuestro propio esfuerzo. Los que producen las obras de la carne no son ciudadanos del cielo. Si un creyente las practica no significa que haya perdido su salvación o que nunca ha sido salvo, pero lamentablemente está caminando como un indigente del infierno y no como un ciudadano del cielo. Por otro lado, el fruto del Espíritu, con sus nueve virtudes, muestra la unidad y no una colección de cosas buenas para que practiquemos. O estamos controlados por el Espíritu y tenemos todas las cualidades o estamos en desobediencia. No se trata de imitar las virtudes del Espíritu, sino de obedecerle. Podemos llamar a este principio la “plenitud del Espíritu” según Efesios 5:18. Nuestra identificación en la muerte con Cristo hizo posible que agradásemos a Dios. Los gálatas, actuando por sus propios esfuerzos, estaban mostrando orgullo y envidia y evidentes obras de la carne en lugar del fruto del Espíritu (5: 16-26).

 

“Dios está interesado en cada parte de nuestras vidas, no solo en lo espiritual. Mientras vivimos por el poder del Espíritu Santo, debemos entregar cada aspecto de nuestra vida a Dios: emocional, físico, social, intelectual, vocacional. Pablo dice: ¡Eres salvo, por tanto, vive de acuerdo con esta realidad! El Espíritu Santo es la fuente de tu nueva vida, así que camina con Él. No dejes que nada ni nadie más determine tus valores y normas en ninguna área de tu vida ".[2]

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[1] Notas da Biblia Reina-Valera (Biblia Hispanica) (1995) – Gl 5.12 (extraído de e-sword version 12.0.1 – 2019)

[2] Comentarios de la Biblia del Diario Vivir – Gl 5.25 - Compilado por Maqui, (a)  Rabí Gamaliel, 1997 EDITORIAL CARIBE - Una división de Thomas Nelson - P.O. Box 14100 (extraído de e-sword version 12.0.1 – 2019)