viernes, 5 de noviembre de 2021

Romanos 10

 Capítulo 10: El rechazo de Israel

 

La nación de Israel es celosa, pero apuntaban al objetivo equivocado. La ley tiene como objetivo la justicia propia, sino mostrar al pecador que es imposible llegar a Dios a través de la obediencia, ya que nadie es obediente. La Ley no es mentirosa al prometer vida a quien la obedece, pero, no hay ningún ser humano que haya alcanzado la vida, ya que nadie obedeció, excepto Jesús, quien fue muerto por la Ley, pues cargó con nuestra culpa sobre sí mismo. Esta justicia por la fe no es tan alta ni tan profunda que no podamos alcanzarla, sino que está cerca. Quien oye la Palabra puede decidir si acepta la salvación o no. Todos pueden ejercer la fe si reciben la presentación, por la Palabra, del objeto de la fe, Jesús. Israel decidió no escuchar la Palabra. Sin embargo, los gentiles escucharon y creyeron y esto sirve para hacer que Israel tenga celos de volverse a Dios. Israel se endureció a la voz de Dios (v.1-21).

 

“Israel está incrédulo. Ellos oyeron y no creyeron. La ley y los profetas fueron testigos del hecho de que los gentiles creerían (Deuteronomio 32:21, Is 65: 1). Y con infinita paciencia y gran longanimidad, el Señor extendió sus manos a Israel como pueblo desobediente y contradictorio. Ellos fueron incrédulos y apartados. Su futura restauración es el tema del próximo capítulo ".[1]



[1] The Annotated Bible - The Epistle to the Romans – Arno Clement Gaebelein

(Bible Centre.org/commentaries/acg_49_romans.htm 25/10/2014)

 

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