Capítulo 3: La destrucción de este mundo para una nueva creación
1. La expectativa del arrebatamiento de la Iglesia, la destrucción del
Anticristo y de los perseguidores de los santos al final de la tribulación, la
instauración del reino de Cristo y, finalmente, los Cielos Nuevos y la Tierra
Nueva deben motivarnos a una vida santa en este mundo y también debe animarnos
a crecer en el conocimiento de la Persona maravillosa de Jesucristo, nuestro
salvador. Sin embargo, se nos advierte que solo la minoría cree en la
consumación de todas las cosas. Desafortunadamente, incluso algunos grupos
evangélicos no esperan el rapto de la Iglesia y el cumplimiento de las
profecías para Israel. Algunos ni siquiera saben cómo tratar estos temas tan
abundantes en la Palabra de Dios.
2. Los creyentes ya tienen una mente iluminada, pero aun así Pedro quiere recordarles
algunas verdades. Los creyentes tienen el Sol de Justicia, Jesucristo, que ha
iluminado sus mentes del engaño. Para tener una mente iluminada sobre el tema
de la consumación de los tiempos es necesario estudiar las profecías (v.1-2).
3. Los profetas, Jesucristo y los apóstoles ya advirtieron que vendrían
falsos maestros. Pedro también, ya ha advertido a los creyentes contra los
gnósticos que se burlan y viven en pecado. Los gnósticos consideran a Dios un
mentiroso, desafiando la fe de los creyentes acerca de la venida del Señor.
Bromearon diciendo que los “padres”, los santos del Antiguo Testamento y los
creyentes más antiguos de la Iglesia, murieron y no vieron nada (v.3-4).
4. Así como en los días de Noé, cuando la tierra fue inundada, los cielos y
la tierra que existen hoy serán destruidos por la misma palabra de Dios. La
Tierra sufrió una transformación en el Diluvio. Sufrirá dos transformaciones
más: una para el reino de Cristo, el Milenio, cuando habrá una restauración de
la Tierra; otra transformación será al Estado Eterno, después del Milenio,
cuando el Universo será totalmente destruido y se realizará una nueva creación,
llamada “Nuevos Cielos y Nueva Tierra” (v.5-7).
5. En la cuenta de Dios no hay diferencia. La eternidad de Dios está bien
ilustrada por este versículo (ver Salmo 90:2,4). Dios no está limitado. Él es
grandioso. Dios no ha olvidado Su promesa, al contrario, está mostrando
misericordia. Es paciente, porque quiere que todos se salven. Él está dando
oportunidad a aquellos que aún no han creído en Cristo Jesús. Esto de ninguna
manera puede ser un apoyo para los universalistas, que creen que Dios salvará a
todos. Un deseo de Él no significa un decreto (v.8-9).
6. La venida del Señor será repentina (1 Tesalonicenses 5:2). Vendrá como ladrón,
como dijo el mismo Maestro Jesús y recordó Pedro aquí. No tenemos que
preocuparnos por el tiempo exacto, porque el contexto no se limita al
arrebatamiento o a la segunda venida de Cristo para establecer Su reino, sino
al fin del mundo (v.10).
7. Los cielos son la cubierta sobre nuestro Universo. El estrepitoso estruendo
es incalculable, por el rápido desplazamiento del aire y el torbellino de los
cielos (Is 34:4). Los elementos físicos son los cuerpos celestes como el sol,
la luna, las estrellas, los planetas, las galaxias infinitas. Todas las obras
que existen serán destruidas. Todos los edificios de la Tierra serán quemados.
El énfasis, por lo tanto, es que Dios hará esto y no el hombre (v.10).
8. Vimos en los primeros diez versículos la advertencia de Dios a los
hombres. Aunque muchos no creen en el fin del mundo, esto sucederá porque Dios
habló. Los que somos creyentes debemos crecer en santidad y en el conocimiento
de Cristo Jesús, mientras esperamos como ciertas todas estas palabras.
9. La destrucción de los cielos y de la tierra debe ser un estímulo para
una vida santa. La incredulidad en el regreso del Señor produce indiferencia en
el comportamiento (v.11).
10. Algunos enseñan que el Adviento, es decir, la venida del Señor, depende
de la Iglesia. Al difundir el evangelio por todo el mundo, la gente uniéndose
al Cuerpo de Cristo, la venida se está acelerando. Usan Mateo 24:14 para decir
que todos oirán y que la mayoría se convertirá. Jesús estaba hablando de un
período futuro llamado la Tribulación. El evangelio predicado será el del
reino, el mismo mensaje que predicó Juan Bautista al pueblo judío anunciando la
instauración del reino por el Mesías. Todo creyente debe esperar y pensar en la
venida del Señor y, de esta manera, con una vida santa, ya está apresurándose
para Su venida, pues siempre está en su mente (v.12-13).
“Los creyentes afectan el calendario [horario] de
Dios por su testimonio y nuestras oraciones al guiar a la gente a Cristo (Josué
10:12-14, 2 Reyes 20:1-6). Claramente, esta idea de acelerar el Fin es el
corolario de la explicación (v.9) de que Dios pospone la Parusía porque quiere
que los cristianos se arrepientan. Tu arrepentimiento y tu vida santa pueden,
por lo tanto, desde un punto de vista humano, acelerar su venida. Esto no
socava la soberanía de Dios al determinar el tiempo del Fin... sino que solo
significa que su determinación soberana tiene en cuenta los asuntos
humanos".[1]
11. Después de destruir todo el Universo, Dios creará todo de nuevo como en
Génesis 1:1 (Ap 21:1, Is 65:17). El mal será destruido. En el Milenio, Satanás
será atado; En el Estado Eterno, estará en el lago de fuego. La justicia, por
primera vez, habitará la Tierra, la nueva Tierra (v.13).
12. Notamos que cada vez que hay una tragedia, una explosión o cualquier
otro desastre, las personas cercanas se abrazan, tratan de consolarse, aunque
no se conozcan. Hay un acercamiento del ser humano y una solidaridad en medio
de las catástrofes. El creyente vive la solidaridad en la vida común y no sólo
en las situaciones límite. Hasta que se alcance la consumación de los tiempos,
habrá mucha violencia, engaño, tragedias, cataclismos y guerras. Esto solo
debería motivarnos a una vida de santidad. El creyente debe vivir sin mancha,
sin reprensión, porque es regenerado por el Espíritu Santo, Dios mismo. Nuestra
paz no es falsa, sino que es la paz de Cristo que habita en nuestros corazones.
Quien vive una vida justa ya está en paz con Dios (Rom 5:1) y está
experimentando la paz de Dios (Filipenses 4:6-7). Por lo tanto, mientras
pensamos en la consumación de los siglos, vivamos una vida sin mancha e irreprensible,
en paz. Viviremos en plena justicia, por eso hoy también debemos vivir así,
aunque limitados (1 Juan 2:28). No necesitamos esperar este reino de justicia para
comenzar a ejercer la justicia (v.14, Ef 5:17).
13. Nuestra salvación aún no se completó, aunque sea completa. Cristo nos
ha concedido el acceso a Dios y por el Espíritu Santo tenemos la prenda, la
garantía, de la vida eterna con Dios. Sin embargo, nuestra salvación se está
completando. Falta todavía la redención del cuerpo, que es demasiado limitado
para hacer la plena voluntad de Dios. Pero se nos advierte que esperemos
pacientemente la esperanza bienaventurada. La longanimidad del Señor nos capacita
para eso. Así como Él está esperando que más personas se conviertan, debemos
esperar predicando el evangelio y santificándonos en Cristo (v.15).
14. Tal vez Pedro se está refiriendo a los escritos de Pablo a los romanos.
Pedro siente gran admiración por la sabiduría de Pablo. Aquí se eliminan las
dudas sobre la buena relación de Pedro con Pablo, pues, aunque fue reprendido
por Pablo, Pedro tenía comunión con la persona y las enseñanzas de Pablo
(v.15).
15. Por falta de discernimiento espiritual de los herejes, las enseñanzas
de Pablo son distorsionadas, formando herejías. La Biblia puede ser una
bendición en manos de un creyente, pero una fuente de herejía en manos de un
malvado. A veces las Escrituras parecen contradecirse, lo cual es solo una
impresión (v.16).
16. Los indoctos son los que no aprenden, son ignorantes. Evidentemente no
aprenden porque tuercen las Escrituras para su propio beneficio. Son inconstantes,
porque no se basan en la roca que es Cristo. Esta advertencia es más urgente
para los pastores y maestros de la Biblia, misioneros y consejeros. A medida
que se acerca el tiempo, las herejías aumentan en cantidad e intensidad.
Estudiemos los escritos de Pablo sin torcerlos. Este versículo enseña algo
acerca de la restauración entre los hermanos. Pedro fue severamente reprendido
por Pablo, sin embargo, aquí está Pedro animando a los hermanos a estudiar los
escritos del amado Pablo (v.16).
17. Ciertamente la Biblia no habla aquí, en este versículo, de que huyamos,
pero esto se enseña claramente en otros lugares, como en 1 Tim 6:11, 2 Tim 2:22
y Tito 3:10. Los falsos maestros eran talentosos e influyentes en cercar a los
creyentes con sus herejías. ¿Por qué, entonces, se les permitió entrar en la
Iglesia? El caso es que entraron silenciosamente y nunca se identificaron como
gnósticos y algunos surgieron de entre los creyentes. Las iglesias tenían que
prestar mucha atención a las enseñanzas y ejercitar el discernimiento que el
Espíritu Santo da a los creyentes. El creyente puede perder la estabilidad si
no está atento a las enseñanzas (v.17).
18. La vida cristiana es una vida de desarrollo. A medida que nos
alimentemos de Su Palabra y, así, asimilamos Sus enseñanzas, el hombre
espiritual se desarrollará. La glorificación del Salvador continuará en la
Eternidad y nunca terminará (v.18).
Lo que debe dirigir la obra de Dios (2 Pedro 3) 1. Ánimo sincero (v.1) 2. Firmeza en la Palabra (v.2) 3. Percepción de mentalidad secular (v.3-4 secular viene de siglo) 4. Conciencia de la destrucción y perdición del mundo (v.5-7) 5. Esperanza de salvación para los que creen (v.8-13) 6. Santificación (v.14-18) |
El conocimiento mínimo para el crecimiento espiritual
(2 Pedro 1-3) 1. Necesitamos conocer lo que tenemos en Cristo (1:3-15) 2. Necesitamos conocer la Palabra de Dios (1:16-21) 3. Debemos conocer el engaño y los engañadores (2:1-3) 4. Necesitamos conocer obre la venida y el juicio del Señor (3:4-13) |
[1] Notes on 2 Peter, pg.
47 – 2 Pe 3.12 - Dr. Thomas L. Constable
(Published by Sonic Light - 2014
Edition)
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