Capítulo 8: El Séptimo Sello y las Primeras Cuatro Trompetas
1. Juan no dice el motivo de este silencio. Puede ser para dar toda la
atención a las oraciones de los creyentes que sufren tribulación o puede ser el
silencio de suspenso por las trompetas que sonarán. Las trompetas que tocarán
los ángeles son el juicio de Dios en la tierra. El incienso es un símbolo de la
oración. Es el único altar mencionado en el cielo, porque el altar mencionado
anteriormente, sobre el cual estaban los mártires debajo de él, no era literal,
sino un simbolismo del sacrificio. El ángel es solo el que dirige las
oraciones, pero no es el que las responde. Estas oraciones son de los santos de
la Tribulación. Todo con el permiso de Dios. No fueron las oraciones las que
volvieron a la tierra, sino su respuesta que es la venganza del Señor. El
anuncio del juicio inminente (v.1-5).
2. Las trompetas ya se acercan a los labios de los ángeles, dichosos los
que ahora se arrepienten. La lluvia de granizo es una lluvia de fuego. La
sangre no debe tomarse literalmente, sino algo con el color de la sangre. Los
vapores de los volcanes pueden causar una lluvia como de sangre. La tormenta
será de fuego. No sabemos si se ubicará en un solo punto del planeta o en
varias ubicaciones. Esto afectará el ecosistema del mundo, ya que la mayor
parte del oxígeno de la tierra depende del follaje (v.6-7).
3. Puede ser un meteorito o cometa en llamas cayendo al mar y envenenando
las aguas, con sus propiedades tóxicas. Las trompetas son paralelas a las
plagas de Egipto. Algo envenenado como la sangre. No puede ser un volcán aquí,
ya que libera lava, pero el volcán en sí nunca es lanzado de la tierra. Aunque
muy trágico, es parcial (una tercera parte). Los peces mueren envenenados. Es
difícil imaginar un cometa cayendo al mar destruyendo la tercera parte de los
barcos, ya sea por el calor, o por las olas que provocará, sin embargo, de
alguna manera ocurrirá (v.8-9).
4. Nuevamente un cometa o meteorito. Las aguas potables se ven afectadas.
El nombre de la estrella es Ajenjo, en referencia a un arbusto de sabor amargo.
Como hay una enorme variedad de ríos en el mundo, es más fácil imaginar que
estarán ubicados en un solo punto del planeta, envenenando fuentes y otros
ríos, ya que uno desemboca en otro. Muchos murieron, porque las aguas se
volvieron amargas. Quizás algunos murieron por beber el agua y otros murieron
por no beber el agua que no sirve para quitar la sed (v.10-11).
5. No se dice qué sucedió con estos elementos celestes, excepto que un
tercio de ellos se volvió inútil. De las doce horas de luz del día, cuatro
horas serán de oscuridad. Esta trompeta no es destructiva, sino una
advertencia. No sabemos si es un águila literal o un ángel. Este detalle no
importa mucho, lo que importa es que las últimas tres trompetas se llaman “los
tres ayes” (v.12-13).
“No es solo en el ambiente natural del hombre
donde se siente la repercusión de su pecado; ese mismo pecado desencadena
fuerzas demoníacas, incontrolables por el hombre, que le traen aflicción tras
aflicción. Esto es lo que simbolizan los castigos que siguen al toque de las
trompetas siguientes, precedidos por el Ay, Ay, Ay proclamado contra los que
moran en la tierra... por el águila que voló por en medio del cielo...”[1]
El Último Sello y las Trompetas (Apocalipsis 8) 1. El séptimo sello, silencio y oración (v.1-5) 2. La primera trompeta, el ataque del fuego de Dios (v.6-7) 3. La segunda trompeta, la destrucción de la vida marina (v.8-9) 4. La tercera trompeta, la contaminación del agua potable (v.10-11) 5. La cuarta trompeta, el oscurecimiento de la tierra, el presagio de los
tres ayes (v.12-13) |
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